La cuenca lechera de Tizayuca, Hidalgo, México genera todos los días más de 1000 toneladas de estiercol. Esos desechos no tienen ningún proceso de transformación, solo son acumulados en vertederos o esparcidos en los campos agrícolas aledaños generando una gran contaminación en agua, suelo y aire además de emitir grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera propiciando el calentamiento global. Lo que nosotros hacemos es transformar esos desechos en abonos naturales de excelente calidad utilizando microorganismos y lombriz roja californiana. Nuestro proceso lo hacemos a cielo abierto y en suelos desnudos en grandes cantidades con muy poca infraestructura, solo propiciamos los elementos para que la naturaleza acelere sus procesos. Nuestros abonos son completamente naturales y susceptibles de ser aplicados en cualquier cultivo además regeneran los suelos agrícolas mejorando sus propiedades físicas, químicas y biológicas. Sin duda es el rumbo de la agricultura mundial.