Pese a distintas iniciativas, las tasas de reciclaje en Chile aún se mantienen en torno al 10%. Esto ocurre, entre otras cosas, porque no contamos con una infraestructura adecuada para valorizar estos residuos, ya que la capacidad instalada se concentra en los centros urbanos y no es rentable gestionar residuos desde zonas remotas, generando incluso una capacidad ociosa en el sistema.
Ante esto, lo que hicimos en LUP fue desarrollar un sistema de reciclaje de plástico a baja escala, que permite gestionar residuos desde zonas remotas de forma económica y rentable; gracias a que incorporamos a los artesanos a la cadena de reciclaje.
El problema del plástico se repite en cientos de ciudades en latinoamérica, donde además la artesanía es una fuente de ingresos para muchas familias; por lo que a través de este cruce entre artesanía + diseño + reciclaje, podemos aumentar las tasas de reciclaje y apoyar el desarrollo económico de miles de artesanos en todo el continente.