La mayoría de las iniciativas para enfrentar la crisis del cambio climático se han enfocado en la transición hacia energías renovables, complementada por eficiencia energética. Sin embargo, la generación de energía y su consumo en edificios y transporte genera solo el 55% de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) a nivel mundial, el otro 45% está directamente vinculado con la producción de bienes y el manejo de la tierra.[1]
La economía lineal de “extraer-producir-desperdiciar” exacerba el cambio climático. Bajo este enfoque, las empresas extraen materiales de la tierra, emplean energía y mano de obra en la fabricación de un producto y lo venden a un usuario final, que luego lo desecha cuando ya no sirve para su propósito. De esta manera, los recursos como la tierra, el agua y los minerales no se administran a largo plazo.
La economía circular puede ayudarnos a revertir la crisis del cambio climático, al transformar la manera en que producimos y usamos los productos. En un modelo circular la cadena de valor está continuamente retroalimentándose, los residuos dejan de ser agentes contaminantes y pasan a ser nuevas materias primas generando así un círculo virtuoso donde ningún recurso se desperdicia. De acuerdo con el Panel Internacional de Recursos, un uso más sustentable de la energía y los materiales le agregaría a la economía mundial $2 trillones de dólares extra.
La cifra no es menor, pero pasar de una economía lineal a una circular requiere un proceso de transformación en donde las empresas ya no concentren sus esfuerzos en aumentar volúmenes y reducir costos a través de una mayor eficiencia en su producción, operaciones y cadenas de suministro, sino en replantearse sus productos y servicios desde su diseño hasta su gestión a través de modelos de negocio basados en los principios de longevidad, renovación, reutilización, reparación, actualización, remodelación, economía compartida y desmaterialización.
A continuación, exploramos algunos modelos de negocio circulares:
Prolongación de la vida útil del producto
Este modelo de negocio permite a las empresas ampliar el ciclo de vida de sus productos y activos. Por medio de la reparación, actualización, remanufactura o recomercialización de productos, es posible mantener o incluso aumentar un valor que, de otro modo, se perdería al desechar los materiales.
Al prolongar el uso de los productos se generan también ingresos adicionales. Una empresa puede usar este modelo para que sus productos sigan teniendo valor económico durante tanto tiempo como sea posible. Además, los productos se actualizan de una forma más precisa, por ejemplo, sustituyendo un componente obsoleto en lugar de todo el producto.
Este modelo es apropiado para la mayor parte de los segmentos B2B que requieren grandes inversiones (como el de equipamiento industrial), así como para empresas B2C que dan servicio a mercados donde abundan los productos usados o recomercializados o donde las nuevas versiones de un producto solo ofrecen a los clientes mejoras parciales de rendimiento con respecto a la versión anterior.
Producto como servicio
El modelo de negocio de producto como servicio ofrece una alternativa al modelo tradicional de “comprar y tener”. En este caso, uno o más clientes utilizan los productos según un contrato de renta o de pago por uso. Este modelo de negocio transforma por completo los incentivos para hacer productos más duraderos y fáciles de actualizar, haciendo hincapié en las prestaciones en lugar del volumen.
En un modelo de negocio de producto como servicio, la longevidad, la capacidad de reutilización y el uso compartido de un producto aumentan los ingresos y reducen los costos. Este modelo de negocio le brinda valor adicional al cliente al gestionar el mantenimiento del producto, lo que representa una ventaja a la hora de vender servicios y aprovechar el valor residual al final de la vida útil.
Uso compartido de plataformas
El uso compartido de plataformas fomenta la colaboración entre los usuarios de los productos ya sean individuos u organizaciones al compensar el exceso de capacidad o la falta de uso, aumentando la productividad y el valor que aporta a los mismos. Este modelo, que ayuda a maximizar los niveles de uso, es benéfico para aquellas empresas cuyos productos y activos tienen un bajo nivel de utilización.
Suministros circulares
El modelo de negocio de suministros circulares se basa en el suministro de recursos totalmente renovables, reciclables o biodegradables para sistemas circulares de producción y consumo. Las empresas pueden utilizar este modelo para sustituir recursos lineales cada vez más escasos, al tiempo que reducen los residuos y eliminan ineficiencias. Este modelo es idóneo para empresas que emplean materias primas escasas o tienen una gran huella medioambiental.
Recuperación de los recursos
Basado en los mercados de reciclaje tradicionales, este modelo de negocio emplea nuevas tecnologías para recuperar casi cualquier tipo de recurso a niveles de valor equivalentes a la inversión inicial o incluso por encima. Las soluciones van desde el reciclaje integral o en el diseño Cradle-to-Cradle®, que permite procesar productos desechados para convertirlos en nuevos.
Este modelo, es ideal para empresas que producen grandes volúmenes de residuos como, por ejemplo, el sector alimenticio que pueden recuperar y reprocesar residuos de manera rentable, o como los fabricantes de baterías de litio.
Residuo como recurso
Podemos optar por diferentes opciones dentro de este modelo. Por un lado, considerar que nuestro producto utilice los residuos de otros, ya sea como fuente de energía, como materia prima o como parte de algún proceso; y por otro, diseñar un negocio de manera que los residuos que produce puedan ser aprovechados por otros. Independientemente de la opción, el resultado es claro: menos residuos acaban en los tiraderos y hay un mayor aprovechamiento de recursos.
México tiene un gran desafió en cuanto a gestión residuos se trata, ya que produce más de 44 millones de toneladas al año y se calcula que este volumen llegue a 65 millones para el año 2030.[2] Actualmente, aproximadamente el 90 por ciento de los residuos sólidos termina en tiraderos al aire libre o rellenos sanitarios. El diseño ecológico, la reutilización, y otras medidas similares son la mejor solución para disminuir la acumulación de residuos en los tiraderos.
En Chile, los residuos de construcción de edificios por sí solos superan los 7 millones de toneladas por año, equivalente a todos los residuos domésticos municipales. En el mejor de los casos, estos residuos se desechan en los tiraderos. Algunos expertos han valorado este desperdicio altamente utilizable en alrededor de $315 millones de dólares por año. Si encontramos formas de reutilizar y no solo desechar este material, surgen innumerables posibilidades para reducir la emisión de GEI y generar ahorros económicos importantes.
A nivel global, la escasez de materiales, sobre todo los utilizados en aparatos eléctricos y electrónicos, no es un tema menor. Eso, junto con la problemática asociada a los tiraderos hacen de la minería urbana un modelo prometedor considerando que, de acuerdo con la ONU, cada año se generan aproximadamente $57 mil millones de dólares de desechos electrónicos. Ya empieza a ser más rentable la obtención de ciertos materiales a partir de los residuos que directamente de la minería tradicional.
Por ende, es hora de dejar atrás los modelos lineales para adoptar mejores modelos de negocio basados en economía circular y estrategias innovadoras de regeneración; solo así podremos revertir la crisis de cambio climático que hemos provocado. De sobra esta decir que muchos de los impactos ecológicos, las externalidades que vemos en la economía se han producido como resultado de las relaciones de la cadena de suministro, no solo del destino al final de la vida donde terminan las cosas.
[1] IPCC, Climate change 2014: mitigation of climate change, Grupo de Trabajo III del Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (2014); Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, Global greenhouse gas emissions data
[2] Visión nacional hacia una gestión sustentable: cero residuos de la Semarnat. https://www.milenio.com/milenio-foros/mexico-generaria-65-millones-toneladas-residuos-2030
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